Asienta tus conocimientos en roca sólida

En este artículo vamos a hablar de cómo vivir al borde del precipicio.

Faro de La Preparación

En el anterior artículo vimos que el orador tiene más en común con un faro de lo pudiese parecer en un primer momento.

En este artículo vamos a hablar de cómo vivir al borde del precipicio.

¿Qué sentido tiene un faro en medio de una planicie? Ninguno.

Claramente el orador y el faro han de estar muy expuestos, al borde del precipicio pero bien asentados. Enraizados en roca firme.

Yo siempre les digo a mis alumnos y clientes: lo principal es hablar en público con confianza, pero para conseguirla deberemos de estar bien asentados en conocimientos y ser fuertes emocionalmente porque habremos de estar cerca del acantilado.

Deberemos habernos ganado el derecho a hablar y para eso tenemos que saber de lo que hablamos.

Cambiaremos preocupaciones por ocupaciones. El conocimiento, el ir bien preparados, el habernos ganado el derecho a hablar, es nuestra roca sobre la que construiremos nuestro edificio.

Asentar las bases es el primer trabajo y requiere tiempo, paciencia y esfuerzo.  Si el faro no está bien asentado no podrá ayudar a su audiencia a encontrar el rumbo.

Para poder ser semilla de pensamiento, el faro que marque el camino, lo primero, incluso, antes de comenzar a escribir el discurso, deberemos de documentarnos concienzudamente. Verificar los datos, las fuentes y organizar la información de manera, primeramente, clara para nosotros.

Los dos primeros pasos que realizaban los senadores romanos a la hora de preparar sus discursos eran la Inventio (buscar los datos) y la Dispositio (ordenar y jerarquizar). No el PowerPoint.

Comprueba que vas con buenos materiales, que te dan confianza y que aguantarán el oleaje. Luego ordena los contenidos en ideas principales y secundarias. Ya está. Por ahora no hagas nada más. La mitad de tu charla ya está dada. El resto lo iremos viendo poco a poco.

Conozco a muchas personas que trabajan mucho preparando los discursos pero que, aun así no logran confiar. Normalmente esto tiene que ver con el nivel de auto exigencia. Lo abordaré en otro artículo, pero para esas personas os diré una cosa:

El avión siempre despega con el viento en contra.

No tengas miedo. Prepárate y confía.

Cuando tengas que hablar en público, confía en tu luz y prepara bien la charla en tierra firme.

Si quieres puedes contactar conmigo, estoy para ayudarte.